El Aprendizaje Servicio ha sido reconocido recientemente por la UNESCO como una de las pedagogías que fomentan la cooperación y la solidaridad, y que permiten reimaginar un futuro mejor para nuestras sociedades. En esta misma línea, Roser Battle (2018), señala diez razones sociales y educativas para implementar Aprendizaje Servicio, que son:

1. Para recuperar el sentido social de la educación

2. Para integrar los aspectos cognitivos con los aspectos actitudinales y morales del aprendizaje.

3. Para que los estudiantes aprendan mejor.

4. Para incrementar la percepción positiva y la consideración social de los jóvenes como ciudadanos.

5. Para reforzar las buenas prácticas existentes y mejorar la imagen social del centro educativo.

6. Para potenciar el liderazgo de los docentes y educadores más allá del aula, como dinamizadores sociales de su entorno.

7. Para estimular la práctica democrática y educativa de la ciudadanía.

8. Para aumentar la cohesión social de los barrios y poblaciones.

9. Para fomentar el voluntariado.

10. Para compensar la ética de la justicia, con la ética del cuidado.

En particular, en la UCSC, el Aprendizaje Servicio constituye una manera de operacionalizar el sello institucional, la política de vinculación con el medio y permitir el desarrollo de la competencia genérica de Compromiso e Innovación Social, establecida en nuestro actual modelo educativo.

Del mismo modo, el pacto educativo global, promulgado por el Papa Francisco en el año 2018, promueve como ejes principales la fraternidad y solidaridad, valores que pueden ser desarrollados, a través del Aprendizaje Servicio.

Finalmente, desde la mirada de Responsabilidad Social Universitaria, resulta fundamental formar profesionales comprometidos con su entorno, pues, tal como dice Vallaeys (2014),

“…frente al mal desarrollo que caracteriza nuestras sociedades, los impactos educativos, cognitivos y sociales de la actividad universitaria son también poderosos actores que retroalimentan a los problemas sociales, puesto que los líderes sociales (gobernantes, empresarios, líderes sociales) salen casi todos hoy en día de las Universidades, y piensan como se les ha enseñado a pensar en ellas, con los prejuicios y presupuestos cognitivos adquiridos en ellas, con los hábitos deontológicos afianzados desde su formación profesional universitaria”.