Profesor de Español de la Universidad de Concepción y Magíster en Lingüística de la misma cada de estudios. Actualmente es académico de la UCSC y forma parte del Departamento de Lenguas.

Carlos Poza Molina es docente part-time e imparte cursos de expresión oral y escrita a las carreras de ingeniería comercial e ingeniería civil industrial, y que ya este año comenzaron con la implementación del modelo formativo por competencias. Para este académico si las personas, particularmente los docentes, están bien informadas sobre cómo llevar a cabo el proceso y además se perfeccionan, van a tener una idea un poco más acabada y concreta sobre lo que hay que hacer. “Esto cambiaría la perspectiva que se tiene del modelo por competencias”, expresa el docente.

“Herramientas comunicativas para los negocios” es el nombre de la nueva asignatura que imparte el profesor. El curso está orientado a las carreras de ingeniería comercial y contador auditor y surge de las mismas facultades, en este caso de FACEA, al cambiar su malla curricular. Para este profesor de español, el cambio ha sido hasta el momento positivo. Es más, cree que en cuanto a propuestas y en el cómo se está llevando a cabo el proceso de implementación del modelo, la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas lidera. “La que está a la vanguardia es la FACEA”, asegura el académico.

-¿De qué se trata el ramo que imparte a Ingeniería Comercial?

– Es un curso que está orientado a complementar algunos lineamientos que plantea la carrera, en este caso con Ingeniería Comercial y Contador Auditor. Los dos programas son iguales para ambas carreras y están focalizados en una competencia genérica que se subdivide en competencias específicas, y que está relacionado con los resultados de aprendizajes que se encuentran implicados con ciertos contenidos y productos que los alumnos tienen que mostrar y demostrar. Tiene que ver con el trabajo en grupo y con la capacidad de comunicarse por escrito y oralmente. Ya no se enseña gramática, tildación o puntuación, sino se espera que el alumno practique esas habilidades, las desarrolle y utilice en un momento específico. La idea es que el alumno demuestre saber y demuestre saber hacer.

Por el momento resultados concretos no se tienen, porque la implementación del modelo formativo basado en competencias todavía resulta ser algo “nuevo” para la mayoría de los docentes. A pesar de esto, el profesional dice que sí puede, a corto plazo, notar algunas diferencias en el alumnado. “Por ejemplo la asistencia a clases es de un 95%, lo que es muy raro. Son seis horas de clases y los alumnos no faltan”, cuenta el académico. Además, la forma de trabajo obliga a que el estudiante esté motivado y pendiente de sus tareas académicas. “Yo necesito de mi compañero porque en el tema de la evaluación hay una jerarquía de parte del profesor, del grupo y una autoevaluación. Hay mucho trabajo por hacer”, explica el docente. Y aunque para Carlos Poza este nuevo modelo ya le ha dado indicios de que sí funciona, la implementación dependerá mucho de los resultados y también  de las estrategias. “Si un profesor tiene que guiarse por un programa que está orientado en nuevas prácticas y nuevos conceptos, no puede seguir usando las mismas estrategias. No se saca nada con tener un nuevo programa si las estrategias son las mismas, como por ejemplo la memorización y repetición. Si el enfoque es el mismo no hay diferencias”, explica el docente.

Estrategias en el aula

Dice que se le han ocurrido muchas y que las ha implementado todas.  Advierte, eso sí, que aunque al principio parezcan “subjetivas” se califican con parámetros objetivos, que van orientados a una competencia específica del alumno. Una de las cosas que valora este profesor part-time es la generosidad de parte de sus colegas, a la hora de compartir las actividades.

– ¿Alguna estrategia que le ha llamado más la atención?

– Una que me llamó mucho la atención es la que yo denomino un reality interno de grupo. Después de llevados ciertos trabajos, entregas y presentaciones, se reúnen todos los cursos de ingeniería comercial. Cada alumno tiene que dar un argumento acerca de una situación inducida, que también puede ser inventada por ellos, pero en este caso yo les puse la siguiente situación: tienen un proyecto o están invitados  a trabajar en una empresa y son cinco, pero sólo hay cuatro cupos de trabajos, entonces tienen que eliminar a uno del grupo. Lo que deben hacer es argumentar porqué van a eliminar a la persona. Entonces, se evalúa si el argumento es objetivo o subjetivo. Es necesario tener una pauta de evaluación o rúbrica, un elemento objetivo. La idea es que ellos sepan usar las herramientas lingüísticas para expresar sus ideas de manera ordenada y de una forma que genere el menor roce posible. Se trata de evitar que los alumnos tomen actitudes nocivas. Esto se califica como un trabajo formativo, donde tú evalúas la capacidad de argumentar. La idea es que puedan distinguir entre hecho y opinión.

Carencias de la implementación

Respecto de lo que falta para conocer más de innovaciones pedagógicas y del modelo formativo, el académico cree que como se trata de la primera vez siempre se va a estar condicionado a las situaciones emergentes. Es por eso, que para el académico las pasantías pueden ser una interesante opción, también los cursos de perfeccionamiento, aunque en ese tema hace un alto. “Debiese haber un estímulo y una coordinación de parte de la universidad, porque si yo voy por mucho tiempo, por ejemplo un semestre, en mi caso como profesor part-time no estoy sujeto o resguardado en términos económicos”, dice el profesional.  Los coloquios también son otra buena oportunidad para conocer. “Creo que el coloquio es necesario. Tiene que haber una retroalimentación paulatina”, sostiene el académico.

De lo que falta en esta nueva orientación, para el profesor la escasez de tiempo es lo que se debiese mejorar. “Son seis horas a la semana, donde tienes que evaluar constantemente. Si antes eran tres evaluaciones ahora son 20, quizás el trabajo con un alumno ayudante sería importante. Son 40 alumnos en Ing. Comercial y los de Ing. Civil Industrial son 43, y el trabajo es el mismo y son menos horas, y en el caso de los últimos son sólo dos horas. Debiera haber un criterio uniforme de cómo se implementan estos nuevos currículos en las carreras y que los profesores estén al tanto”, opina el docente.

Pero estas deficiencias debieran en un tiempo más no existir, porque como dice el profesor “esto es una cosa de tiempo”, y para él en cerca de tres años más estos cursos van a estar muy bien posicionados, al menos responsablemente lo puede asegurar con el ramo que dicta en FACEA. Lo importante del nuevo modelo formativo basado en competencias, y que este año se implementa en 11 carreras de la UCSC, no es el qué de los conocimientos, sino como dice el mismo profesor de español: “Está en cómo se enseña,  en cómo se transmite”.